lunes, 4 de enero de 2010

Renacer...

Una vez no hace mucho tiempo, en los bosques de Nueva Zelanda habitaba un pequeño pastor de nombre Toby. Toby era un niño con un espíritu tan libre, que incluso sus papás no podían hacer gran cosa por lograr calmar su instinto aventurero. Cabalgaba entre los fresnos. Cayó incontables veces, pero nunca tuvo temor a salir lastimado. Cuando su madre preocupada de mirar como su pequeño regresaba diario del bosque lleno de rasguños y cortaduras, se armó de valor y decidió preguntarle por qué continuaba arriesgándose, el pequeño niño contestaba: Porque conozppco mi camino mamá.
La mamá preocupada por la tenacidad (tal vez terquedad) de su hijo, le dijo que conocer el camino no significaba exponer tu cuerpo, tu corazón y tu vida. El niño era tan pequeño que no comprendió las palabras de su sabia madre.
El pequeño toby continuó yendo al bosque todos los días montado en su caballo a cabalgar entre los fresnos. Confiado en la capacidad para evadir las ramas y confiado en la habilidad de su caballo, un día decidió darle rienda suelta a la velocidad y cabalgó tan rápido como su caballo le permitió.
Toby era tan feliz de su libertad, que perdió la noción del tiempo. El sol se estaba poniendo, y las sombras de los árboles comenzaban a verse cada vez mas grandes. El pequeño Toby, se percató, sin embargo, se sentía tan libre que su ego le impidió darse cuenta de que a pesar de todos los golpes que se había llevado aprendiendo a cabalgar entre los árboles, de la maestría que había logrado arriesgándose y de la confianza en sí mismo que ínvadía sus sentidos, era lógico saber que si cabalgas de noche en el bosque, las posibilidades de caer son imposibles de ignorar.
La oscuridad había llenado casi por completo al bosque. El caballo del joven pastor, bajó la velocidad de manera notoria. Toby, sin embargo, continuaba golpeándolo con el fuete. Creía que todo tenía que estar en su control. El caballo retoma un poco la velocidad, mas asustado por los golpes de su amo que por la misma noche.
A pesar de que el joven, practicamente no alcanzaba a apreciar si lo que tenía enfrente era una sombra o una rama, continuó sin dudarlo ni un segundo.
Confiando en su casi nula visión, el joven pastor miró hacia su derecha para esquivar una rama que alcanzó a ver de reojo. Cuando volteó de nuevo hacia el frente, notó una gran rama a centímetros de su cabeza. Toby intentó esquivarla, pero la cercanía con el árbol, volvió imposible e trabajo. el joven pastor se impactó de frente con aquella rama. El caballo siguió corriendo dejándolo inconsciente y solo en medio del bosque.

Continuará...

Hace un año que comencé este blog, me sentía tan confiado de la luz que había en mí, que creía que podía iluminar el bosque mas oscuro. Intenté ilumiarte, en serio lo intenté. Pero tu solo querías mi luz para hacer tu ego mas grande, y en realidad cumpliste tu misión. Vuelvo a escribir después de haber dejado de hacerlo por más de un año, porque aún no encuentro mi luz, sin embargo, a pesar de que no se cuál es mi camino, se cuáles no lo son, y no estoy dispuesto a seguir caminando en círculos por no ver. Si te regalé mi luz, entonces tengo que volver a brillar porque esa fue mi decisión