lunes, 17 de octubre de 2011

El poder de dar...la importancia de ser

Leyendo el título que decidí darle a mi diario, después de muchos años de no haber escrito una sola palabra dentro de él, me remonté al momento en mi vida en que lo titulé "el diario de lo cotidiano". La vida era magia en su expresión más pura, magia que sentía y vivía en cada célula de mi cuerpo. Respiraba magia, despertaba magia y era obvio que todo iba a ser mágico. Lo más especial de la vida se encuentra en los lugares que la gente considera como cotidianos o rutinarios, el punto especial es ser lo suficientemente responsable para poderlos ver. Este día, mi vida volvió a tener magia en su cotidianidad, a un nivel que no lograba varios años atrás.
Llegué a la universidad donde estudio, con toda la intención consciente de conseguir a la persona que quiera acompañarme en el camino que estoy tomando, y en realidad ya estaba prácticamente segura. El cansancio se me notaba en el rostro, pero aún así elegí ser responsable. Entré al salón donde esperaba mi maestra de filosofía, a quien considero uno de los maestros de mi vida, y por primera vez hace mucho tiempo, escuché la verdadera voz de muchas personas, que por miedo al rechazo, había decidido considerar ruido en mi corazón. Mi enrolada asiste a la misma clase que yo, y di el primer paso hacia ella, convencido al 100% de que ya había logrado convencerla y que iba a estar en completa libertad para el viernes, sin embargo me topé con la respuesta habitual en mi vida, no. Me contó una historia que hasta pude haber considerado fantástica en el pasado, pero esta vez elegí mirar mas allá de sus palabras y amar profundamente su miedo a enfrentarse. El coraje comenzó a subir lentamente por mi torrente sanguíneo, pero elegí calmarlo, porque por primera vez, entiendo la enorme capacidad de elección que tengo. ¿Elegí que una serie de accidentes sucedieran para que mi enrolada no pagara? La respuesta es absolutamente sí, no tengo idea de como explicarlo con lógica, pero, he decidido hacerla a un lado y empezar a vivir una vida en completa responsabilidad. Sin enrolada, llegué a mi casa, como siempre a buscar la forma de venderme mi fracaso para percibirlo como normal, hasta que hablé con mi hermano, quien me dio una de las respuestas más hermosas que he escuchado desde hace muchísimo tiempo. Le conté que no tenía enrolado, y me dijo, la próxima vez que hables con alguien, date cuenta de cuanto lo amas y quieres verlo cambiar, no para tu bien, sino para el suyo, si buscas su bien te estás saboteando de nuevo. Sus palabras me dolieron, pero fueron sanadoras a la vez. A partir de ese momento, mi vida tomó un giro completamente diferente. Un taxista eligió ser mi enrolado sin decirle una sola palabra, una señora me regaló una dona en medio de la calle, hice algo para recuperar mi auto sin tener dinero para pagarlo, y mi mundo comenzó a cambiar 360 grados. Una enrolada que estaba segura me dejó plantado, pero no me voy a rendir porque soy poderoso, valiente y amoroso. Me amo y en mi exterior comienza a notarse cada vez más como cambio por dentro. Mi compromiso mañana es escribir con mucha más estética que hoy:)

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